La multiinstrumentista y artista autodidacta Blaya refina el pop sin restarle experimentación, creando un pop paisajístico o la banda sonora perfecta para el dormitorio. Tomando con mimo las riendas de cada fase de su proceso, es capaz de capturar el ir y venir de las emociones con los elementos justos. Tras su álbum Silencio (2020), Blaya se acaba de estrenar en el sello Sonido Muchacho con su segundo disco, GRANDE, y llega al festival con un encuentro lleno de pasión, donde la música no solo se escucha, sino que se siente en lo más profundo del ser, creando un espacio donde la vulnerabilidad y la autenticidad son celebradas.

